Un nuevo día para una nueva vida
Es miércoles y luego de pasar cerca de 5 días con fallas de electricidad bastante prolongadas, me levanté a la hora programada y al ver por la ventana de la cocina la inmensa multitud aglomerada en las puertas de las 2 entidades bancarias que quedan cerca de mi apartamento, pude reflexionar que… “siempre habrá alguien en peores y en mejores condiciones que tú”, "es cuestión de percepción"... por lo que inicié unos de los ejercicios mentales que más me gustan... “dar gracias por lo que si tengo y por lo que no tengo"…
A lo largo de mi vida he aprendido que “aquello que no tiene solución, no representa un problema” y aunado a lo anterior, ese aprendizaje me ha llevado a concienciar aquello de “todo pasa” y eso se aplica tanto a lo agradable como a lo desagradable.
Hace un buen
tiempo la calidad de vida de mi país ha ido desmejorando a grandes pasos, las
fallas eléctricas, los problemas con el suministro de agua, la dificultad para
conseguir los alimentos, el deficiente transporte público, la inseguridad, la insalubridad,
la carencia de medicamentos y un elevado número de factores inhóspitos han ido
produciendo ante las estadísticas epidemiológicas una ola de “trastornos depresivos”
de incalculable proporciones, a la que se le ha querido atribuir como foco el “trastorno
de adaptación"…
ósea ¿percibir el dolor de la separación de unas condiciones medianamente
humanas, es tener un trastorno de adaptación? ¿desear evolucionar, mejorar, trascender,
es ser un desadaptado?... es decir que para ser “normales” debemos dejarnos
cocinar en este caldo putrefacto de la mediocridad cual sapos a fuego lento… Duelo, lo que hay acá es un profundo duelo
ante la muerte de las ilusiones, las familias desechas y la continua incertidumbre
del “¿y ahora qué?”…
Debemos recordar que todo pasa en esta vida, comenzando por la vida
misma… los pensamientos que eternizan esta situación se vuelven sofocantes,
desenergizantes, carcomen la mejor de las voluntades y han producido un gran éxodo,
condición de supervivencia aprendida ancestralmente, si tienes miedo huyes o
atacas, pero también están los que se paralizan, los que no cuentan con las
herramientas mentales para ver una salida y se hacen presa de la abrumadora situación.
Es normal sentir miedo, es normal extrañar a los
seres queridos, al trabajo, a las condiciones de vida que te permitían fluir, lo
que no es normal es darte por vencido, busca ayuda, siempre y hay algo que
hacer, revisa tu sistema de creencias y fortalécelo, cultiva tu FE y esperanza,
haz nuevos grupos de amistades, hablen de sus intereses más genuinos (deporte, arte,
programas de entretenimiento, etc.), eviten hablar de la situación país,
descubran nuevos caminos que transitar o transiten aquellos que ya conocen y
que les brinden PAZ…
Sé por experiencia propia que no es nada fácil el reinventarse, el hecho
de ser psiquiatra no me libra de sentir y padecer, pero si me insta a poner en práctica
lo que predico, pues como muchos, cada día debo lidiar con carencias, tal vez
menos o más que otros, que me hacen buscar una motivación más profunda para
seguir luchando y brindando lo mejor en cada instante.
Cada quien tiene su
propia batalla que enfrentar, eso sí, no dejo de repetirme… "Gracias Dios por la
oportunidad de estar viva, gracias Dios por poder caminar, gracias Dios porque
mi hija y nietos están saludables… Gracias Dios… Gracias Dios"…
Excelente!
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